Siendo tú mi protector, creo que estoy a salvo de los demonios que tienen como objetivo romper los lazos de nuestra relación. No soy partidaria de divulgar el estúpido lema de: “Somos almas gemelas”, pues es muy difícil que con nuestra diferencia de edad estas almas hayan sido creadas a un mismo compás.
Tengo que confesar que noche tras noche al acostarme, deseo que estés en la cama haciéndome un hueco para poder notar tus brazos rodeando mi tímido cuerpo y reposando, después de un largo recorrido, tus frías manos en mi delicada cintura. Sentir tus labios rozando mi cuello e ir acercándose lentamente a los míos es lo único en lo que pienso.
Juntos y revueltos quiero que se fusionen en un beso, igual que nuestros cuerpos que se funden bajo las sábanas que nos protegen del frío invierno. Y no basta con un beso.. quiero que sean dos.. o tres, o los que tu estés dispuesto a darme, ya que si fuera por mi nuestras bocas se confundirían con facilidad y perderían su norte; y en esa transformación, se verían dos lenguas locas jugando a enamorarse.
Suele pasarse por mi cabeza la idea de poseer tu cuerpo ante las estrellas y así declarar al universo nuestro amor, pues sólo tú eres mi ángel de la guarda, el que está ahí siempre que algo me pasa, el que me apoya con mis proyectos aunque no sean buenos y el que me anima aun sabiendo que es difícil de conseguir. Por todo ello y más, gracias por estar conmigo. Sólo queda decir que mi última confesión ha sido escrita ya.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada