Cada noche tengo un sueño que se repite:
tu boca y mi boca, unidas en una sola.
En un banco de la estación, antes de marcharme
tu me besas, me abrazas... te me declaras.
Y yo me pongo triste porqué de nuevo te perderé.
Entonces, en ese sueño, decido parar el tiempo
y me doy cuenta de que contigo todo es perfecto.
Pero el mundo vuelve a la normalidad, y mientras
me alejo estúpidamente hacia la puerta del vagón
me despido con ojos llorosos y una triste sonrisa.
No te puedo engañar y no quiero ocultar la verdad.
Tenerte lejos es algo que me hiere por dentro,
pues si no estás, sangra mi corazón. Te amo.